Cómo funciona: Frenos ABS y Control de Estabilidad (ESC)
Dada su creciente importancia, damos
una breve explicación de cómo funcionan los frenos ABS y los sistemas de
control de estabilidad conocidos globalmente como ESC.
Difundido
como sistema que procura seguridad, los frenos ABS –Antilock Braking System,
Sistema de frenado antibloqueo-, previenen el bloqueo o amarre de las llantas
en caso de una frenada de emergencia y permiten que las directrices, si lo
montan, conserven su capacidad de giro. Ello se traduce en una gran ventaja
dinámica y mayor seguridad pasiva que pueden evitar en la mayoría de las
circunstancias un accidente o por lo menos disminuir sus consecuencias.
Junto
a ellos ha evolucionado el sistema de control de estabilidad, hoy llamado
genéricamente ESC (Electronic Stability Control). El más conocido es el ESP
–Electronic Stability Program, programa electrónico de estabilidad-. Sin
embargo, algunas marcas han desarrollado sus propios sistemas y bautizados bajo
nombres diversos: Stabili Trak (General Motors), VSC (Toyota), VSA (Honda), DSC
(BMW), etc.
¿CÓMO
TRABAJA?
El
ABS usa sensores en cada una de las ruedas, los cuales vigilan la velocidad
angular de una especie de engrane o rueda dentada, la cual es interpretada por
una computadora y comparada constantemente entre todas así como la velocidad
que lleva el vehículo. Si alguna de las ruedas fuese extraordinariamente más
lenta, como ocurre en caso de una frenada de pánico, la computadora del ABS
evalúa las velocidades de todas las ruedas y recurre a una liberación de la
presión, como si estuviésemos bombeando el pedal para evitar el bloqueo o el
clásico “amarre” de cualquier llanta. Esto sucede gracias al grupo de válvulas
electromagnéticas, cuya velocidad de bombeo o interrupción es sorprendente:
hasta 18 veces por segundo.
¿Y
EL DE ESTABILIDAD?
Ya
dispuestos los sensores en cada una de las ruedas con el sistema ABS, así como
la existencia de un sistema de control y ajuste de la presión, para armar el
ESC se agrega una segunda computadora, un sensor de giro en el volante y un
sensor de guiñada o de giro sobre el eje vertical.
Así,
el ESC aprovecha la capacidad electrohidráulica del ABS, pero requiere
independencia de actuación en cada rueda. La intención es lograr que el
vehículo mantenga su trayectoria a pesar de las condiciones que pudiera
presentarse, siempre dentro de los límites de la física.
La
gráfica lo explica mejor: en una curva deslizante, el control de estabilidad
llega a detectar que alguna de las ruedas tiene más velocidad y si el sensor
del volante y el de guiñada alertan sobre una velocidad o ángulo de pivote más
allá de lo estipulado, la computadora frena de manera independiente e inmediata
la rueda que permita insertar al coche en su trayectoria original.
Así,
en una curva a la izquierda, si el eje trasero tiende a salirse hacia su
derecha, el control de estabilidad actúa sobre la rueda delantera derecha. Esto
evita el sobreviraje (oversteer).
Por
el contrario, si el coche en la misma circunstancia presenta un fuerte subviraje
(understeer), es decir, se va de frente, la computadora frena la rueda trasera
izquierda para insertar al auto. Quizá no suene lógico al inicio, pero en la
práctica resulta muy efectivo.
EL
FUTURO
Hoy,
las nuevas generaciones de control de estabilidad (ESC) ya coordinan más
funciones como el activado de las cortinas de aire en caso de volcadura,
asistencia de frenada de emergencia, control de tracción y varios extras más
que le otorgan a este protector electrónico un alto nivel de confiabilidad. Todavía
están en fase de expansión, pero dada la rapidez tecnológica de estos días, muy
pronto los veremos en autos de casi todos los segmentos.
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