El
automóvil necesita mantenimiento constante para su correcto funcionamiento. A
continuación, te hacemos una selección de las 10 operaciones principales que
puedes realizar sin visitar un taller mecánico.
Tener
el vehículo en buen estado resulta crucial por dos razones fundamentales:
alargar su vida útil y por cuestiones de seguridad. A continuación te
adelantamos las diez operaciones básicas de mantenimiento de un automóvil.
1.-
Nivel de aceite
La
función principal del aceite es evitar el desgaste de las piezas que forman
todo el entramado mecánico. Mediante una revisión ocular, el propio conductor
podrá comprobar cuál es el nivel a través de la varilla (ésta tiene que estar
entre los niveles máximo y mínimo). Para conocer cuándo es el momento adecuado
del cambio de aceite y del filtro de aceite, el automovilista tendrá que
consultar el libro de mantenimiento, pero hacerlo cada 10,000km es una buena
idea. El nivel del líquido refrigerante es otro de los elementos importantes a
revisar.
2.-
Llantas
Las
llantas son uno de los elementos principales que más influyen en la seguridad
de un automóvil. Suponen el elemento de contacto del vehículo con el suelo, de
ahí su gran importancia. Para conocer cuál es su estado, es preciso comprobar
la profundidad del dibujo, que no deberá de ser menor a 2 mm. Si metemos una
moneda de 1 peso y el borde plateado no se cubre totalmente, es hora de
cambiarlas.
Una
de las claves que siempre nos ayudarán al buen mantenimiento de las llantas es
comprobar la presión periódicamente. No hace falta memorizar la presión que han
de llevar, el nivel concreto suele incluirse en el manual del propietario, en
la tapa del tanque de gasolina o en el canto del marco de las puertas. La
presión se debe realizar con los neumáticos en frío, es decir, nada más
arrancar el vehículo y en la gasolinera más cercana. Por otro lado, otro de los
aspectos importantes que han de tener los conductores es el nivel de carga con
el que va a circular, mientras más carga, será necesario aumentar la presión.
El
cambio de neumáticos no obedece a un kilometraje concreto, pues el uso de un
vehículo respecto a otro varía. En este uso influye el tipo de asfalto por el
que se transita habitualmente además del tipo de conducción (calles en mal
estado con baches y grietas y una conducción demasiado agresiva son los grandes
enemigos de las llantas).
3.-
Visibilidad
Unos
faros y un parabrisas delantero limpios repercutirán de forma positiva en
nuestra conducción. Es conveniente revisar los limpiadores, ya que es muy
frecuente que éstas acumulen polvo y otro tipo de elementos (piedras de pequeño
tamaño, restos de hojas y ramas de árboles, etc). Una escobilla en mal estado
puede incluso rayar ligeramente el cristal, disminuyendo la visibilidad.
Otros
elementos que el conductor debe mantener limpios son los espejos retrovisores
exteriores y la ventanilla trasera. Respecto a las luces, el automovilista
también debe preocuparse si iluminan con el haz y altura adecuados. Esto se
puede realizar en cualquier pared de un estacionamiento techado o contra
cualquier pared por la noche.
4.-
Frenos
Un
pedal de freno que ofrezca oposición al ser accionado o que se hunda demasiado,
así como cualquier ruido extraño al frenar suelen ser claros indicativos de que
los frenos de nuestro automóvil están registrando algún tipo de problema. Aquí
sí que es conveniente llevar nuestro vehículo a un taller para que nos revisen
las balatas y los discos. Además de un desgaste de los mismos, también es
recomendable revisar el nivel del líquido de frenos. En la mayor parte de los
casos, los fabricantes recomiendan revisar dicho nivel cada dos años, aunque es
más que conveniente que dicha revisión se efectúe anualmente.
5.-
Filtros
Además
del filtro de aceite, otros dos de los filtros que se suelen cambiar varias
veces a lo largo de la vida útil de un automóvil son los de aire y el del
combustible. En ambos casos, el momento concreto de la sustitución también
viene indicado en la hoja del mantenimiento, aunque lo más habitual es que el
cambio de filtro de aire se efectúe cada 10,000 kilómetros. Un filtro de aire
en mal estado puede repercutir en un mayor consumo de combustible así como en
menor rendimiento de nuestro coche.
En
muchos vehículos nuevos, estos elementos suelen venir indicados en los testigos
luminosos del tablero, los cuales se encienden cuando uno de ellos presenta
alguna deficiencia.
6.-
Amortiguadores
Un
balanceo excesivo de la carrocería y la sensación de que el coche ‘rebota’ tras
atravesar una zona de baches son claros síntomas que muestran un posible
desgaste de los amortiguadores. El estado de estos es otro de los elementos de
los que depende en gran medida el nivel de seguridad ofrecido por un automóvil.
Se ha comprobado que unos amortiguadores en mal estado pueden llegar a influir
en una distancia de frenada mayor, aumentando, por tanto, las posibilidades de
sufrir un accidente.
7.-
Dirección
Un
movimiento irregular del volante y ruidos cuando se efectúa un giro suelen ser
los indicativos más claros de posibles problemas en la dirección de nuestro
coche. Las causas pueden ser varias, pero lo más recomendable es revisar el
nivel de líquido de la dirección así como de la banda de la dirección. No
obstante, también es posible que cualquier irregularidad que transmita la
dirección no sea provocada por defectos en la misma, ya que un mal estado de
las llantas también se nota en el volante.
8.-
Bandas
Comprobar
el estado de tensado de las bandas es otra de las operaciones básicas de mantenimiento.
Si el coche tiene más de 120,000 kilómetros es conveniente consultar cuándo
recomienda el fabricante la sustitución de la banda de la distribución y
revisarla, ya que en caso de rotura, el motor del automóvil puede quedar
inutilizado.
9.-
Batería y sistema de encendido
Las
baterías son cada vez más modernas y la mayor parte de los últimos modelos no
precisan de mantenimiento. No obstante, conviene incluirla en nuestra revisión
anual, sobre todo si el vehículo ha estado mucho tiempo parado y sin
arrancarse.
10.-
Refrigeración
También
es conveniente revisar el nivel de agua ya que influirá en la temperatura del
motor.