Tips para el cambio de rines y llantas
¿Es
necesario o sólo adornamos nuestro objeto de movilidad? Porque el cambio de
ruedas resulta muy atractivo a muchos automovilistas, es pertinente saber un
par de cosas antes de efectuar una modificación que en el largo plazo puede
volverse lamentable o dolorosa.
Sin
duda alguna, el obligado cambio de imagen que solicitan estos tiempos asociado
a la inherente necesidad de diferenciarse de sus coetáneos, propicia que varios
automovilistas busquen opciones que marquen esa huella no sólo en sus ropajes,
sino también en sus elementos de uso cotidiano como el automóvil.
Una
de las posibilidades más socorridas es el cambio de ruedas, lo que implica en
casi la totalidad de estas modificaciones, el incremento del diámetro del rin y
en consecuencia, un neumático más ancho que también suele mejorar su calidad al
unísono de sus capacidades dinámicas.
A
primera instancia, parece simple: basta ir a un centro llantero o autoboutique
y escoger entre una larga exhibición de rines y llantas, siempre acorde a
nuestro presupuesto, lo que deja muy abierto el panorama de selección.
Pero
siendo honestos, no basta con abrir la cartera y escoger, porque en el fondo
existen limitantes propias al mismo vehículo, como el ancho y alto de las salpicaderas
así como los riesgos de rozamiento con algún elemento de la suspensión. Ello
sin contar con las otras consecuencias indistinguibles a primera vista.
Por
ejemplo, una rueda más dura, es decir, un gran rin y un neumático de escaso
perfil, castigan seriamente a toda la suspensión. Desde los brazos pasando por
los resortes y amortiguadores hasta el desgaste prematuro de cojinetes y bujes.
Traducción: una marcha áspera y costos frecuentes de mantenimiento o reemplazo.
Una
segunda desventaja radica en la lectura errónea respecto al velocímetro, pues
una rueda muy grande falsea su dato, lo que puede inducir excesos de velocidad
así como acelerar un desgaste de juntas homocinéticas y flechas.
RUEDAS
GRANDES
Pese
los inconvenientes, el cambio de rueda es factible si se observan ciertos
parámetros y sugerencias. Para empezar, lo ideal es respetar el diámetro de
trabajo de la rueda, pero dada su variabilidad en virtud del perfil u hombro de
cada llanta, basta con mantenerse apegado al diámetro original. Así, si su
rueda posee un neumático de medida 185/65 R14, su diámetro ideal sería…
Consideraciones:
- 185= medida en mm del ancho del neumático
- 65= relación o porcentaje del hombro o perfil
- R14= medida del rin en pulgadas
De
aquí se desprende el cálculo…
- 185 X 0.65 = 120.25 mm
- H1= 120.25 X 2 = 240.5 mm
H1
es la altura que poseen los hombros o flancos del neumático; ahora, hay que
sumar el diámetro del rin. Para ello, hay que convertir las pulgadas a
milímetros…
- 1 pulgada = 25.4 mm
- R1= 14 X 25.4 = 355.6 mm
Sumamos
los resultados H1 y R1
- Diámetro ideal= 596.1 mm
Entonces,
podemos jugar con elevar una medida o dos al rin, pero debemos descender en la
misma proporción la altura del hombro, siempre en la consideración de que
normalmente el ancho del neumático crece en esa relación.
Veamos
un ejemplo.
Si
subimos a 15 el rin, tendremos…
- R2= 381 mm
Lo
restamos al díametro original…
- H2= 215.1 mm
Lo
dividimos entre 2…
- 107.55 mm (a)
Esta
es la relación o proporción del hombro o perfil respecto al ancho de la rueda.
Así, podemos jugar con valores conocidos tanto de ancho como de alto. Por
ejemplo, considerando una relación de 55, dividimos (a) entre ésta…
- 107.55 / 55 = 195.5 mm
Así
tenemos un ancho aproximado, que en la práctica se corresponde con un incremento
del rin mientras la relación decrece un par de escalones y nos concede un
aumento de apenas 10 mm. En resumen, una rueda con neumático 195/55 R15 puede
sustituir sin problemas a una rueda de medida 185/65 R14.
Para
ahorrar matemáticas, basta seguir la sentencia inicial y podremos ganar
diámetro de rin mientras la altura del hombro sea disminuida en proporción.
Como no siempre existen las medidas exactas, se concede una variación del
diámetro original hasta un 3%. De hecho, todas las empresas que venden neumáticos
cuentan con tablas de equivalencia y diferentes medidas de rin que simplifican
la tarea.
Por
conveniencia y experiencia, no es recomendable pasar de tres incrementos del
diámetro de rin, porque entonces las llantas probablemente
no quepan en los pasos de rueda y salpicaderas. Es cuestión de ser un
consumidor precavido y usar la inteligencia para entender que incluso en
ciertos caprichos existen límites. Todo sea para disfrutar ese cambio de imagen
tan gustado en el automóvil.
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