viernes, 28 de septiembre de 2012

Bolsas de aire: ¿Sabes qué son y cómo funcionan?

El “viejo” cinturón no es el único implemento de seguridad en el auto. Los airbags o bolsas de aire son elementos tan útiles como imprescindibles.



En lo referido a la seguridad, nunca se deben escatimar esfuerzos (y gastos) para tener toda la protección y asistencia que sea posible para evitar algún accidente con consecuencias fatales. Es por eso que ahora, además del viejo y seguro cinturón de seguridad, todos los autos contienen un sistema de seguridad automático que reduce el daño causado por un impacto: las bolsas de aire.
Todos los autos nuevos contienen este sistema, o deberían, porque es un requisito obligatorio impuesto a todos los fabricantes de autos por organizaciones de Europa y Estados Unidos (aunque se sabe que algunos fabricantes no colocan este sistema en autos económicos que son vendidos en mercados de regulación baja).

Este dispositivo ha salvado muchas vidas, porque reducen el riesgo de muerte en un 30%. Con el paso del tiempo, los fabricantes han desarrollado mejor este sistema, habiendo inclusive autos con bolsas de aire a los lados –en la puerta- y para el torso.
Esta tecnología, al igual que muchas otras (Internet, por ejemplo), tiene su origen en el campo militar. Durante la Segunda Guerra Mundial, tanto fabricantes de aviones como la Marina estadounidense intentaron incorporar pequeños cojines (o “cushions”, en inglés) que se activaran cuando un avión de combate fuera impactado, resguardando al piloto.

Siendo esta tecnología algo complicada de realizar, debido a lo que implica que el sistema se active, no se desarrolló. Fue, sin embargo, en la misma Marina de Estados Unidos que se pudo elaborar la primera bolsa de aire, idea que las grandes corporaciones de autos tomaron e intentaron incorporar. Así, la General Motors ofrecía los primeros autos con bolsas de aire a fines de la década de 1970, y desde esa fecha se ha ido perfeccionando esta tecnología.

Ciertamente es muy interesante saber la historia y todo lo que estuvo detrás de este invento, claro. Pero resulta mucho más interesante (y práctico) saber cómo es que funciona este bendito sistema de seguridad.
Así, pues, hablaremos de cómo funciona, pero antes vamos con la Física. La Ley del Movimiento que se aplica a las bolsas de aire es bastante simple. Tan simple como saber que, cuando un objeto se mueve con una determinada masa (o peso) y velocidad, tiene lo que es llamado “impulso” o “momentum”. Esto se aplica a todos los objetos en movimiento y, a menos que alguna fuerza actúe sobre el objeto, el mismo seguirá en movimiento constante.

Poniendo como ejemplo el auto, cuando éste se encuentra en movimiento, también lo hacemos nosotros. Pero, ¿no se supone que estamos sentados? Pues sí, pero al moverse el auto, y al estar sentados dentro del mismo, la Ley del Movimiento del auto se aplica a nosotros también, con la masa y velocidad del auto. Esto es algo obvio, creemos, hasta para los niños que van en bicicleta: cuando un niño frena de golpe su bicicleta, su cuerpo va hacia adelante, porque por inercia el cuerpo desea continuar con el movimiento que venía realizando. Pasa igual cuando uno frena el auto, y ni siquiera de manera intempestiva.

Seguimos en nuestro auto. Si, de repente, un auto se atraviesa en nuestro camino, o chocamos contra un muro, la computadora del auto procesa esta información, este choque, en milésimas de segundo, a partir de detectar un cambio en la masa del auto. Mientras que el auto detendrá su movimiento repentinamente como consecuencia del impacto, los pasajeros deberían seguir en movimiento porque ninguna fuerza está deteniendo efectivamente su movimiento, lo que haría que uno salga disparado del auto, casi siempre con consecuencias fatales.



Sin embargo, y debido a este rápido procesamiento de la computadora del auto, se genera una reacción química de ácido de sodio con nitrato de potasio, que genera una fuerte explosión de nitrógeno que infla las bolsas de aire y ejercen una fuerza sobre el pasajero, llevando su velocidad de movimiento a 0. Apenas instantes después del impacto, los gases se disipan y la bolsa empieza a desinflarse, con lo que el pasajero –nosotros- podemos empezar a movernos libremente. Todo esto, en apenas unos segundos.
Para que el sistema que hace posible la salida de las bolsas de aire funcione bien, se recomienda no manipular ni mover ni colocar nada en el panel de manejo.

Aún pese a que las bolsas de aire son bastante cómodas, el impacto sobre las mismas puede ser doloroso. Porque, vamos, si uno va a 120 km/h y se detiene de golpe, la velocidad de impacto hace que el cuerpo sienta el choque, pero lo amortigua.

Y, así se tenga el mejor sistema de bolsas de aire, el más moderno, el último y superior, nunca se debe dejar de utilizar el cinturón de seguridad, puesto que las bolsas de aire sólo complementan el uso del mismo y nunca lo remplazan.

Porque nunca está de más tomar todas las medidas posibles para prevenir accidentes. Porque nunca está de más saber que, la mejor manera de prevenir accidentes, es manejar de manera segura por la ciudad. Porque, la verdad, no es “vivir rápido” el ir a 180 km/h por la calle: es, por el contrario, acelerar la muerte.

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